¿Que quieres que te diga? ¿Que pretendes que te explique? Hablas de confianza, como si de respirar se tratara, lo siento, esto es mucho más dificíl, es decirte lo que soy, lo que hay dentro de esta piel, mucho más alla de los musculos, de los huesos y del corazón. Estaria dandote un pedazo de mi alma, de mi ser, de mi espiritu, un pedazo de mi, que no quiero que tengas, que no quiero que veas. Aunque si de verdad me conocieras, si de verdad pudieras entenderme, con un silencio y una sola mirada te bastaria, simplemente con eso conocerias mis mayores miedos y mis alegrias, pero eso solo si de verdad te fijaras en las personas, en lo que realmente són, en lo que llevan dentro.
Aunque si lo prefieres, puedo contarte mil historias, todas mentira, pero tu no lo notarias, pues solo verias una fachada y unas cuantas palabras adornandola.
Memento , quia pulvis es, et in pulverem revertís
Recuerda, que eres polvo, y que al polvo regresarás.
Nada me gustaría tanto como ponerme a escribir del amor. Apenas he tenido dos relaciones y la única de ellas no ha durado el suficiente tiempo como para definirla de duradera. Pero en realidad ¿qué más da? No importa el tiempo que esperes a una persona, ni el agrupamiento de momentos compartidos, ni el número de caricias, besos y miradas. No, lo que verdaderamente importa es el grado de pasión, es el saber que de verdad fue profundo. Nos empeñamos en asemejar todo al mayor número de cosas, de momentos vividos, creemos que lo más largo es lo más certero, pero el amor no se mide por eso. Puedes haber tenido una relación de muchos años pero, sin embargo, caracterizarla como insípida, sosa, aburrida. En cambio, algo tan efímero como una noche, como un solo beso, el último o el primero, recordarlo como lo más hermoso que hayas sentido en este mundo. El amor no entiende de distancias referidas en el tiempo, sino de marcas y huellas grabadas en el corazón. Sé que me queda mucho por aprender y vivir pero he descubierto que está en mis manos volver a sentir…y cada vez abro más los ojos en momentos que hubiera perdido locamente la cabeza para sumergirme en el océano de los sentimientos. Y eso se llama experiencia y aprendizaje, lo que equivale a una pérdida de esa inocencia que tanto me gusta observar en los niños. Por supuesto que volveré a caer, esto es algo imprevisible, por eso nos gusta el amor porque en un momento te encuentras en el cielo y en unos instantes puedes terminar en el infierno. Ilusiona, duele, es atrevido, liberal, leal, cobarde, tierno, alentado y ama el daño…A pesar de todo eso, lo vamos persiguiendo día tras día. Nos alimentamos leyendo libros románticos, viendo películas que reflejan esa misma sensación, nos encanta observar las miradas de esa gente que se encuentra rozando con sus dedos el cielo. Nos sentimos tan identificados por haber probado ese sabor que seguimos intentando volver a sentir y caer en él. Muchas veces huimos de él, pero acabamos atrapados en sus zarzas puntiagudas pero a la vez delicadas, sutiles y perfumadas. Es un sentimiento bipolar.